Los unicornios retozan felices en el prado. Sus melenas brillan bajo los rayos del sol. Saltan y corren entre las flores de colores. El viento fresco acaricia su pelaje sedoso. Cada unicornio tiene un cuerno mágico que brilla. Se mueven con gracia, como criaturas encantadas. Los pájaros cantan a su alrededor, lo que aumenta la magia del momento. La pradera parece un lugar perfecto para los unicornios felices.