Fiyero entra a la habitación con una sonrisa. Tiene una sola rosa roja en la mano. Glinda mira hacia arriba, sorprendida pero encantada. Feliz día de San Valentín, dice Fiyero en voz baja. Él le entrega la rosa con una pequeña reverencia. Glinda se sonroja y lo toma con cuidado. Es hermoso, susurra. Comparten una cálida sonrisa, sintiendo la magia del momento.