Las tres jóvenes aparecen en una pantalla gigante como estrellas del K-pop, con expresiones seguras y carismáticas. Frente a esta pantalla, reaparecen con una nueva forma, transformadas en guerreras futuristas vestidas con trajes negros y armadas con armas luminosas, listas para luchar. Sus poses dinámicas demuestran su determinación y poder. La atmósfera combina modernidad urbana y tensión heroica, creando la impresión de un mundo donde la música y la lucha contra el mal se entrelazan.