En primavera, la naturaleza se despierta de su letargo invernal. Los árboles, que antes lucían desnudos, se cubren con un manto de hojas verdes y vibrantes. Los campos se llenan de color con la llegada de las flores, que pintan paisajes enteros con sus tonalidades brillantes. Los niños salen a jugar al aire libre, disfrutando del suave clima y de la alegría que trae consigo esta estación del año.