El 4 de julio, los estadounidenses celebran el Día de la Independencia con reuniones festivas, a menudo alrededor de una barbacoa. Familias y amigos se reúnen en jardines o parques, asando hamburguesas, hot dogs y carnes variadas bajo un cielo soleado. Además de la comida, las festividades incluyen juegos, música y decoraciones con los colores patrióticos rojo, blanco y azul. El día suele terminar con fuegos artificiales que iluminan el cielo nocturno en homenaje al cumpleaños de la nación.