El 4 de julio, Día de la Independencia en Estados Unidos, suele celebrarse con partidos de béisbol, una tradición arraigada en la cultura estadounidense. El estadio se llena de aficionados que visten los colores patrios para animar a su equipo favorito. Los fuegos artificiales iluminarán el cielo después del partido, añadiendo un toque festivo a este día tan especial. Es un momento donde el deporte y el patriotismo chocan, creando una atmósfera eléctrica e inolvidable para todos los espectadores.